Cuando comer fuera de casa se convierte en obligación
No siempre comer fuera de casa es un placer. A veces es una obligación causada por unos horarios de trabajo o estudios (o ambos a la vez) imposibles.
En esos casos podemos optar por el tupper, barato pero que nos obliga a dejar preparada la comida el día anterior (una lata si tenemos poco tiempo), o comer en un restaurante lo que nos supondrá perder dinero pero ganar kilos y de paso, mala salud (ya podía ser al revés), porque no nos engañemos, ¿quien pide de postre en un restaurante fruta? ¿quien deja las patatas fritas que acompaña la carne y el pescado? ¿quién no moja el pan en la salsa con la que nos sirven las comidas?
Os adjunto un enlace a un interesante artículo de El Mundo donde ofrece algunas recomendaciones sí ese es tu caso.
Artículo El Mundo
En esos casos podemos optar por el tupper, barato pero que nos obliga a dejar preparada la comida el día anterior (una lata si tenemos poco tiempo), o comer en un restaurante lo que nos supondrá perder dinero pero ganar kilos y de paso, mala salud (ya podía ser al revés), porque no nos engañemos, ¿quien pide de postre en un restaurante fruta? ¿quien deja las patatas fritas que acompaña la carne y el pescado? ¿quién no moja el pan en la salsa con la que nos sirven las comidas?
Os adjunto un enlace a un interesante artículo de El Mundo donde ofrece algunas recomendaciones sí ese es tu caso.
Artículo El Mundo
Comentarios
Publicar un comentario